No cuento los días. Ahora que todo parece ser más funcional no tiene sentido contar los días. Yo mantengo el ritual de exfoliarme la cara dos veces a la semana, como una noche me enseñaste. A veces me aplico crema, pero, si he de ser sincera, nunca aprendí a distinguir los frascos. También uso regularmente talco, porque una vez en el baño me dijiste que debía cuidar mis piececitos pálidos. Mis cejas, aunque más desordenadas, se mantienen bien. Quisiera contarte otras cosas, pero lo cierto es que ya casi no recuerdo tu rostro, y esto se asemeja cada vez más a un aparte. Yo sólo te resumo mis tardes. Yo no cuento los días, pero de pronto, sentada en el retrete, sé que hace cinco menstruaciones que no te veo.
sábado, 5 de septiembre de 2020
Cuatro estrofas para ser la mejor escritora local
De talleres literarios
tutoriales realizados por sobrevivientes
conversaciones con escritores engreídos
paseos inacabables arriba del bus
noches enteras frente a la televisión
de homenajes a Virginia Woolf
en un mundo donde se venera lo instantáneo
ayunas para sentir que al menos
de dolor se mueven las tripas
horas escuchando a bandas olvidadas
mientras afuera los personajes
se acoplan en una danza decrépita
como ratas de cloaca
de tardes afuera de la biblioteca
observando portadas de libros
cuyos autores se encuentran redimidos
por la literatura y los Tribunales de Justicia
Adolfos bécquer y Henries Miller
dictando charlas acerca del rol de la mujer en el siglo XXI
hombres de bien que le ceden un espacio a la novia
hacia el final de su antología de relatos
de falsas ofertas de trabajo
obras sin concluir
y acaso también impublicables
porque esto es sólo un pasatiempo
para nosotras
las desterradas.
Fotografía analógica de Alienígenasinpasaporte. Ilford HP5 forzado a 800. Pentax mx.
Juego de escritoras
Nuestro daño es universal
revolucionario es
en tanto sacuda
algo más que el desconcierto
nuestra herida tiene su cama
en el corazón de un hombre
en una canción sin derechos de autor
alcanza en la última sección del diario
y quizás en la esquina de un libro
nuestro tajo se mantiene fresco
hasta alguien dice
yo te lo puedo cauterizar
y de pronto nuestra sangre
es más bien una correa
nuestra fatiga no es atractiva
ni deseable
no se vende
C
mi abandono tiene nombre y dirección. Mi cuerpo le pertenece a la nación desde los doce años. El engendro de la medianoche busca pecados en las habitaciones de una casa que le corresponde por ley divina. El juez entra, maldice y condena. Pero el pecado de pronto crece. El moho se desarrolla sin molestar, se extiende a través de un viejo ventanal. Su dolor es putrefacto. Huele a vertedero, dicen los demás. Mi abandono tiene nombre y lo voy a matar.
Mapa
Supongo que la respuesta no se encuentra
en la entrada de una biblioteca
ni siquiera hacia el fondo en sus estanterías.
una voz recorre la ciudad
juguetea con los sauces
se esconde bajo las rocas
vuelca los barquitos de la costa
se enrolla en un cochayuyo
Supongo que la respuesta no se encuentra
en las computadoras ni en las revistas de moda.
hay un secreto
que se escribe sobre el cadáver de una pancora
una partitura que se entierra
hasta que una niña descubre la voz
en una concha de mar
Supongo que la respuesta no se encuentra
ni en la escuela ni en las historias de papá.
del carruaje bajan familias
se instalan con sus toallas y parasoles
las olas se rompen antes de llegar
se enmudece el Pacífico
Re(s)puesta
Una vez dije
en esta región
me voy a morir
En esta región infame
voy a acabar mis días
trabajando para la prensa
En esta región infecta
me voy a casar
para salvarme la cola roja
En esta región que sangra
me van a parir
bizca y mejorada esta vez
En esta región
que sabe de calificativos
me voy a morir dije
y de pronto en mis manos
una carta enviada desde el sur
corroboro que se trata de mí
y de mis hermanas expatriadas
y entonces yo digo
tres poemas más
y me retiro
Ajedrez
Hay muchas cosas
que las amantes se preguntan
luego de despedirse
en la calle del barrio
en el primer paradero
en el kiosquito del centro
en las barricadas
en el último paradero
en casa
en casa
las amantes desatendidas
se preguntan una vez en casa
cómo proceder
cómo zafar
cómo interceder
sin adelantar
sin siquiera avanzar
avanzar
las amantes se ríen en la cama
avanzar
continuar
y retomar no es parte
de un proyecto de vida
¿vida?
qué es el fenómeno de la vida
lo responden con un verso
con la frase de una película prohibida
con la inquietud y curiosidad
de dos amantes desterradas
desterradas
malditas y bendecidas desde el vientre
con la genealógica culpa
de haber nacido
de ser un garante
un sacrificio
una necesidad
necesidad
es lo que enuncia el huésped
antes de alquilar una habitación
es lo que el dueño entiende
como una extensión de su legado
de su fenotipo
de su propiedad privada
donde hay muchas cosas
hay muchas cosas
que a veces sólo una
se pregunta
luego de despedirse
Trazos
sabe más que yo
acerca de amores inconstantes
que atraviesan temporales
y regresan cada vez más apaleados.
Para Sylvia: respuesta a Ted Hughes
Lo que sé de ella
es aquello que encuentro
en el fondo de un poema
el resto
es trampa.
Para Sylvia: Ted Hughes escribe necrológicas
El poeta de las luces
habla sobre ella con sus amigos
concede entrevistas y confesiones
es conocedor de su obra
durmió con ella durante años
aunque también con otras
cuyos nombres no interesan
lo importante aquí es él.
viernes, 4 de septiembre de 2020
Cronometraje
ya no escribo poemas
todos los versos y palabras
que resuenan como moscas en verano
se muestran y saludan
mientras me encuentro corriendo
detrás del guanaco
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