lunes, 12 de marzo de 2018

La suicida y la noche

Madrecita, ya no me pida desde su habitación que apague la luz de la lámpara. Siga hojeando la revista  y no piense tanto en nosotras. Y no se preocupe, porque yo cerraré el portón de madera cuando usted se duerma. Mañana pasaré a su trabajo e iremos al puerto de Talcahuano, ¿le parece? Ya, duérmase, madrecita. 

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